Quiénes somos – Nuestra misión
Somos una organización sin ánimo de lucro, con una visión inspirada en la fe, que proporciona sillas de ruedas y tecnología de asistencia innovadoras y personalizadas, ofreciendo movilidad y libertad a personas con necesidades específicas de postura y soporte corporal. Logramos esto gracias a la generosidad de nuestros donantes, la ayuda de voluntarios y colaboradores, y mediante la contratación de personas locales, incluyendo a personas con movilidad reducida y a sus familiares.
Lo que hacemos
Creación de Dispositivos de Asistencia
Fabricación
En Beeline, diseñamos y fabricamos sillas de ruedas modulares y duraderas, adaptadas a las necesidades de cada usuario. Utilizando materiales locales y métodos de fabricación innovadores, nuestro equipo crea sillas robustas, capaces de soportar terrenos difíciles, pero a la vez adaptables para un uso prolongado. Cada silla de ruedas se fabrica con esmero, con el objetivo de recuperar la independencia y la dignidad de la persona.


Distribución Responsable
Clínicas de Sillas de Ruedas
No solo fabricamos sillas de ruedas, sino que también las distribuimos donde más se necesitan. A través de nuestras clínicas de adaptación de sillas de ruedas, nuestro equipo realiza las mediciones, el ajuste y la personalización de cada silla para garantizar la comodidad y el soporte adecuados. Gracias a nuestra colaboración con hospitales, organizaciones sin fines de lucro y líderes comunitarios, llegamos a niños y adultos de Guatemala y de otros países que de otro modo no tendrían acceso a la movilidad.
Apoyando a Nuestros Vecinos
Apoyo a la Comunidad Local
Beeline tiene sus raíces en la comunidad. Contratamos y capacitamos a personal local, colaboramos con las familias y ofrecemos mantenimiento continuo para las sillas que entregamos. Al invertir en capacitación, empleo y relaciones, garantizamos que nuestro impacto perdure, mejorando así la movilidad y fortaleciendo las comunidades a las que servimos.

Nuestra historia
En 1988
Mientras construía un centro de acogida para jóvenes en las zonas rurales de las montañas, una región afectada por la guerra civil, Mark Richard observó en varias ocasiones a una mujer arrastrándose por la carretera Panamericana. Macaria había perdido la capacidad de caminar más de 25 años antes, tras contraer polio cuando era niña.
Decidió no prometerle una silla de ruedas, ya que los norteamericanos, por lo general bien intencionados, suelen hacer promesas que luego no pueden cumplir. Habló del tema con su viejo amigo Carl Durocher, quien también había contraído polio a los 8 años. Como miembro de la sección de Wisconsin Central de la Asociación Nacional de Lesiones de la Médula Espinal, le tocó escribir un artículo para el boletín informativo. Propuso solicitar varias sillas de ruedas, no solo una para Macaria. En dos semanas, consiguieron más sillas de las que cabían en el remolque. Así que entregaron algunas a Peter, buen amigo de Carl y director de la organización Wisconsin Nicaragua Partners. Tres meses después, regresaron a Guatemala con un remolque lleno de suministros agrícolas procedentes de Pensilvania.
En 1988
Mientras construía un centro de acogida para jóvenes en las zonas rurales de las montañas, una región afectada por la guerra civil, Mark Richard observó en varias ocasiones a una mujer arrastrándose por la carretera Panamericana. Macaria había perdido la capacidad de caminar más de 25 años antes, tras contraer polio cuando era niña.
Decidió no prometerle una silla de ruedas, ya que los norteamericanos, por lo general bien intencionados, suelen hacer promesas que luego no pueden cumplir. Habló del tema con su viejo amigo Carl Durocher, quien también había contraído polio a los 8 años. Como miembro de la sección de Wisconsin Central de la Asociación Nacional de Lesiones de la Médula Espinal, le tocó escribir un artículo para el boletín informativo. Propuso solicitar varias sillas de ruedas, no solo una para Macaria. En dos semanas, consiguieron más sillas de las que cabían en el remolque. Así que entregaron algunas a Peter, buen amigo de Carl y director de la organización Wisconsin Nicaragua Partners. Tres meses después, regresaron a Guatemala con un remolque lleno de suministros agrícolas procedentes de Pensilvania.
No tardamos en conseguir una silla de ruedas para Macaria y otras 19 personas.
A finales de 1989, se decidió regresar a Estados Unidos para fundar una organización sin fines de lucro que enviara sillas de ruedas desde Ohio a Guatemala. Tras realizar al menos dos viajes anuales durante dos años con la organización GRACE, nos unimos a Joni and Friends, Wheels for the World. A finales de 1994, en colaboración con Hope Haven, se fundó Hope Haven International en Rock Valley, Iowa. En pocos años, se establecieron talleres de reparación en diferentes localidades de Iowa, Dakota del Sur y Minnesota. El taller de reparación de sillas de ruedas más grande estaba ubicado en la prisión estatal de Dakota del Sur.

Durante los siguientes cuatro años, quedó claro que siempre faltaban sillas de ruedas para niños. En ese tiempo, Mark fue contactado por cuatro estudiantes de la clase de diseño del último año de la Universidad de Dordt. Necesitaban un proyecto de diseño para graduarse y querían crear un andador o unas muletas. Mark los llevó al almacén y les mostró 1500 metros de tubo de aluminio donados por KidKart, además de cientos de neumáticos, ruedas, horquillas, rodamientos y ruedas giratorias nuevos, donados por diversas empresas fabricantes de sillas de ruedas porque eran modelos desactualizados o tenían pequeños defectos estéticos. Les propuso a los estudiantes utilizar plástico como conector para los tubos, para así evitar la soldadura. Este desafío marcó el inicio de la Hope Haven KidChair.
La silla de ruedas KidChair se convirtió en la más resistente del mercado para niños de entre 9 y 45 kg con necesidades de posicionamiento moderadas. A lo largo de los años, Mark y su equipo mejoraron continuamente el diseño, e incluso trabajaron en la incorporación de la función de inclinación multidireccional. Si bien lograron incorporar la inclinación y el respaldo reclinable para los niños que lo requerían, continuaron realizando mejoras. Tras enviar 25 sillas a Kenia para un estudio comparativo en la escuela Joytown, realizado por la Universidad LeTourneau, se recomendó considerar un diseño de tres ruedas.








En marzo de 2018, tras 23 años, Hope Haven permitió a Mark Richard independizarse y fundar Beeline Wheelchairs como una organización independiente. Con la expansión de la línea de productos de Beeline, quedó claro que su mayor logro fue el desarrollo de funciones avanzadas de inclinación y reclinado.

Sé parte del próximo capítulo
Desde tubos y repuestos donados hasta innovadores diseños de sillas de ruedas con función de inclinación y reclinado, la historia de Beeline siempre ha estado marcada por la capacidad de convertir los desafíos en logros. Lo que comenzó como una idea en un almacén se ha convertido en una plataforma que brinda libertad y dignidad a niños y adultos que más lo necesitan. Pero no podemos lograrlo solos. Su apoyo nos permite seguir innovando, fabricando y distribuyendo sillas de ruedas que transforman vidas, llevando estas ayudas a quienes más las necesitan.
